jueves, junio 30, 2005

¡Viva el Rockanrol, señores!


Anoche hice un sueño realidad. Ya os lo podéis imaginar por la foto, claro. Fui con mi hermano, -Santi Camps- y Antonio Smash a ver a los hermanos Auserón en la gira ‘Las malas lenguas’. Un homenaje a grandes canciones del rock, versionadas al castellano por los Auserón de forma magistral. El concierto fue una gozada. Pero cuando, tras hacer su bises correspondientes, salieron y tocaron ‘El canto del gallo’, ‘Anabel Lee’ y ‘La escuela de calor’… bueno, yo no daba crédito: tenía los pelos como escarpias :D

Pues como resulta que Santi Auserón es íntimo de Antonio Smash, y yo, casualmente, iba con él... Pues nada, primero pasamos por camerinos (allí estaban Kiko Veneno, Raimundo Amador, Pepe Bejines, Álvaro de ‘Helio’…) y me lo presentó mi hermano, que tuvo la fortuna de tocar con él en la Fira del disc de Girona en 2004, y aproveché para que me firmara, él y Luis, los discos de Radio Futura que yo, precavido de mi, guardaba en mi bolsito ;P además me sobró medio segundo para invitarle a un concierto de Proyecto Datura – ese nombre suena muy bien, me dijo- y yo le ‘expliqué’ su procedencia, a lo cual me dijo sonriendo, ah si, Don Rufio Datura… (emocionante momento).

Bueno, pues no contento con esto –yo estaba como en trance-, nos invitan a cenar a un restaurante de una conocida calle sevillana. Ahí tomaron la foto (gracias a las chicas de ‘Rokeros Güebones’).

Ha sido algo increíble. He estado en medio de la historia viva del rock español de los últimos treinta o cuarenta años –de Smash, Veneno, Pata Negra, a Radio Futura- he hablado de tu a tu con Santi y Luís Auserón y me he dado cuenta del secreto de la juventud y felicidad: ¡ser rockero! :P (pregúntenle a Mick Jagger, Keith Richards o Paul McCartney).

Además son unos tipos alegres, atentos, sanos y muy buena gente… ¡Y no paran! Se marcaron improvisadamente una canción, creo que de los Kinks, a capella, Lourdes (compañera de Antonio Smash) y Santi Auserón, que fue genial.

Me llevo un grato recuerdo de la noche de ayer (¡qué noche la de aquel día!).

En fin, siguen siendo jóvenes de espíritu y eso se nota.
Grandes tipos, si señor.

Lo dicho señores: ¡Viva el Rockanrol!


(gracias Santi, hermano)

miércoles, junio 29, 2005

Crónica de Esquivel


El pasado día 18 de junio, estuvimos tocando en El Corral de Esquivel. Era el cumpleaños de Celesta, forofo donde los haya de maga, y un gran tipo. Lo conocimos en un concierto que dimos en Donegan’s, y ya entonces nos citó para que tocáramos en Esquivel.
Pese a que tuvimos que hacer algunos esfuerzos para poder dar el concierto – Isra de Los Gañafotes, Manolo Solo y otros amigos hicieron que fuera posible prestándonos todo el equipo de voces-, y casi nos deshidratamos, el concierto fue todo un éxito.
Y lo fue porque el ambiente no podía ser mejor.
Todo el que haya estado en los conciertos datúreos lo podrá decir. Modestia a parte, son muy divertidos. ¡Todo el mundo empieza cantando y acaba bailando! Y como digo, el otro día el ambiente no podía ser mejor y por una razón muy sencilla: la mayoría de la gente que estaba allí rozaba la cincuentena, es decir, vivieron en primera persona y a una edad estupenda toda la Movida.
El resto de los que estaban, incluidos nosotros, vivimos como mucho, sentados en el suelo viendo ‘La Bola de Cristal’ (alabado sea el cielo), ‘Tocata’ o ‘Rockopop’; una parte light de todo aquello. Éramos muy jóvenes o demasiado jóvenes o apenas empezábamos a balbucear palabras. En mi caso estuve entre una cosa y otra. Era muy jovencito pero ya apuntaba maneras: con apenas doce o trece años me fui a ver un concierto de Aviador Dro y un par de años más tarde, La Unión, Vídeo, El Último de la Fila, Los Rebeldes, Radio Futura…
Pues, volviendo al Corral de Esquivel, el concierto se programó para las seis de la tarde (una locura siendo Sevilla) pero al final, por una casualidad del destino, empezamos a las nueve. Terminamos a la una de la mañana. Os lo podéis imaginar si no estuvisteis: mucha diversión, muchas canciones, mucho baile :) … ¡fue genial! Terminamos agotados y deshidratados (yo empezaba a ver extraños puntitos y el sudor impregnaba toda la superficie de mi preciosa Jaguar).
Fue un puntazo ver a toda esa gente bailar y cantar. Supongo que por un momento volvieron a tener veintitantos años (doy fe de los botes tipo ‘pogo’ –saltos con choque cuerpo a cuerpo- que daban) y bailaron hasta la extenuación. Me quito el sombrero por la marcha que tienen.

A ver si algún día lo volvemos a repetir. Me da a mí que si.

Quisiera dar las gracias, en nombre de Miguel y en el mío, a todos los que asististeis al concierto, a los dueños y empleados de El Corral de Esquivel, a Juan Ismael –culpable de que allí estuviéramos- , a Carlos, a Ana, Águeda, etcétera, etcétera…

Lástima que no tengamos fotos del concierto. Por favor, si alguien sabe o conoce a alguien que las hiciera, sería estupendo contar con ellas.

Después tocó recoger todo aquello, pero eso es otra historia :P

¡Nos vemos en el próximo!

(montaje foto: emerre) (¡sensacional!)

martes, junio 28, 2005

La Movida (II)


Buscando información sobre 'La Movida' he encontrado muchos artículos interesantes. El que viene a continuación lo encontré a través del google y pertenece a www.deia.com pero me temo que no sé quién lo escribió. De todas formas me parece interesante y como viene al caso, he decidido publicarlo aquí. No sé si estoy comentiendo algún tipo de delito pero es una información muy buena sobre esa época tan interesante de nuestro diminuto país.

Se titula: 'La generación del bote de Colón'.


Se le llamó La Movida porque fue un despertar lleno de vitalidad y desenfado en el momento del tránsito de la dictadura a la democracia. Centrada fundamentalmente en Madrid, esta ola de descaro e impulso musical e intelectual se extendió también a otros lugares, donde, aunque con menor fuerza, prendió en tendencias y movimientos artísticos y culturales. Ahora que se cumple el 25 aniversario de su nacimiento y cuando se respiran otros aires, numerosos discos, películas y libros tratan de recuperar aquel espíritu ansioso de libertad que marcó una época.

LA DERECHA más reaccionaria incluso llegó a dudar de su existencia, pero hoy en día, 25 años después de su ‘‘nacimiento’’ oficial, la Movida se conmemora con la edición de antologías musicales en diferentes soportes -el último, ‘‘La Movida de los 80’’ (EMI)-; películas como ‘‘El calentito’’, de Chus Gutiérrez, en el que Verónica Sánchez y Jordi Vilches despiertan a la vida y al sexo en el escenario de aquel Madrid; series de tv como ‘‘Los 80’’, de T5; y hasta libros como ‘‘El cielo de Madrid’’, de Julio Llamazares, que narra «el vacío del éxito» logrado por algunos en aquellos maravillosos años. El revival ya está aquí. Algunos, como Secretos y Germán Coppini y Patacho, siguen en la brecha al frente de Anónimos, y se baraja la posibilidad de reagrupamientos como el de Nacha Pop, una vez lograda la reunificación de los más tardíos Los Ronaldos. Aquella implosión musical y cultural, a la que sobrevivieron Ceesepe, García Alix, Almodóvar, Bernardo Bonezzi y Uka Lele, pervive en la mente de quienes la vivieron -la generación del ‘‘bote de colón’’, de Pegamoides, y de ‘‘la moda juvenil’’, de Radio Futura- gracias a un cancionero que se mantiene vivo y debería ser redescubierto por las nuevas generaciones. Lo quiera o no Álvarez del Manzano, quien dudó de su existencia y calificó la Movida de «propaganda política», lo que sucedió en el Estado, especialmente en Madrid, en el tránsito de los 70 y los 80, fue algo muy ‘‘gordo’’. Una serie de circunstancias facilitaron ese despertar vital, musical e intelectual, especialmente el tránsito de la dictadura a la democracia. «Se propició la formación de grupos musicales que utilizaban un lenguaje nuevo y rompedor. Una chica mejicana de 14 años, fan de Lou Reed, David Bowie y Los Ramones, que había adoptado el nombre de Alaska, se puso a buscar gente a la que le gustara la misma música. Y no tardó en encontrarla», recuerda el periodista Jesús Ordovás, responsable de la elección de los contenidos del recopilatorio ‘‘La movida de los 80’’. Hablaba de Kaka de Luxe, banda seminal autora de ‘‘Pero qué publico más tonto tengo’’ y cuyos miembros acabaron formando posteriormente grupos como Paraiso, Radio Futura, Pegamoides y La Mode. «Su ejemplar peripecia incitó a otros muchos a hacer lo propio. Hacían falta canciones que animaran a la gente joven a salir a la calle y que sirvieran de vía de expresión a nuevas inquietudes», apostilla Ordovás.¿Agitación o creatividad?Fue una época marcada por un momento de gran agitación. Lo de la creatividad ya es más subjetivo porque hubo de todo. De hecho, en algún momento, apenas hubo filtros. «Allí todo valía. Se componían canciones media hora antes de subir al escenario y recuerdo a Santiago Auserón hacer una canción de doce minutos. Eran otro tiempos, hacías cuatro temas, la gente te aplaudía, y salías sacando pecho», recuerdan ahora desde el seno de Nacha Pop. La proliferación de radios -especialmente Onda 2 y Radio 3-; fanzines y revistas como ‘‘La Luna’’; salas de conciertos -con el mítico Rockola al frente-; sellos discográficos independientes, impulsados por Discos Radioactivos Organizados (Dro); y concursos, de los que salieron desde Ilegales en Gijón a Kaka en Madrid, convirtieron en moda un movimiento marcado por la heterogenia -convivían desde gente de la calle como Ramoncín con niños bien y estudiantes en La Sorbona, caso de Auserón- y un sentimiento interdisciplinar que hacía convivir la música con el cine, la moda, la pintura, la fotografía, el travestismo y la pintura. O lo que es lo mismo, al dandy de Carlos Berlanga con Auserón, Poch, Antonio García Alix, Ceesepe, El Hortelano, Rossy de Palma, Mariscal y Almodóvar, quien filmó en ‘‘Laberinto de pasiones’’ una crónica divertida de aquellos años, posteriormente recuperada, parcialmente, por Luis Antonio de Villena en su libro ‘‘Madrid ha muerto’’.«Yo jamás te hubiera conocido si no llega a ser por los Ramones», cantaban Pistones. A la lista se podrían sumar Television, Blondie, Graham Parker, Elvis Costello y otros artistas de punk y new wave que sirvieron de modelo a una generación marcada por el eclecticismo. Poco tenían que ver los intelectuales Alphaville con el punk cafre de los primeros Siniestro Total, o el hedonismo de ‘‘Bailando’’, de Los Pegamoides, y las buenas maneras de Secretos y Nacha Pop con la ironía caústica de las autodenominadas Hornadas Irritantes de Poch, Sindicato Malone y Glutamato Ye Ye. «La gente joven estaba allí y comenzó a hacer grupos. Se han hecho buenos discos y buenas canciones. Se le llama movida... me parece bien. Yo pertenezco a la movida y estoy muy orgulloso», declaraba Jaime Urrutia, de Gabinete Caligari, allá por 1986, ya con el movimiento en sus horas más bajas, acuciado por la falta de subvenciones socialistas, el hartazgo y el azote del sida y, sobre todo, de la heroína, que no tardó en diezmar a una generación -enfrentada a veces, como revelan las rencillas entre Pegamoides y Mecano- ávida de experimentaciones físicas y químicas, como confirmó su abrazo a todo tipo de drogas sin apenas información sobre sus secuelas. A las bajas, peleas y escasa repercusión comercial de sus protagonistas se fue uniendo la llegada de otra generación, la del indie rock, que, como sucede siempre, acabó enterrando a sus mayores. La ‘‘Movida’’ de EuskadiLa ‘‘movida’’, si es que existió, no se circunscribió a Madrid. El efecto mariposa llegó a la periferia, como lo demuestra la actividad surgida en Andalucía con 091 y TNT, entre otros; el caso catalán, con Rebeldes y Loquillo; la actividad gallega en torno a Vigo, con Siniestro Total y Golpes Bajos como estandartes; y Euskadi, que cedió a Madrid a personajes como Javier Gurruchaga y Jaime Stinus, al frente de Orquesta Mondragón, Las Vulpes y sus provocaciones, y el surrealismo de Poch y sus Derribos Arias. Además, con un circuito autogestionado, un lenguaje milenario (el euskera) y una motivación diferente, más comprometida social y políticamente, creció en Euskadi su ‘‘movida’’ particular en los 80, que alguno denominó Rock Radikal Vasco y que tuvo en Kortatu, La Polla Records, Eskorbuto, Cicatriz, Zarama, RIP, Barricada y Hertzainak a los activistas más sobresalientes y habituales de los gaztetxes. Pero esa es otra historia.

Datura en Nocturama



El próximo día 21 de julio, dentro de las actividades que ofrece el CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) tenéis una cita con Proyecto Datura.
NOCTURAMA es un programa de cine de verano y de conciertos de pop independiente que tiene lugar, de miércoles a sábado, desde el 1 de julio al 1 de septiembre.
Horario: 22 horas.
Lugar: Monasterio de la Cartuja de Santa María de Las Cuevas.
Acceso: por Avda. Américo Vespucio, 2 o por Camino de los Descubrimientos, s/n.
Transportes: Autobuses: C-1, C-2.
De momento es toda la información que podemos proporcionaros. Cuando sepamos más (tocan grupos muy interesantes en el cartel) os lo haremos saber.

lunes, junio 27, 2005

La Movida (I)


La Movida fue un reflejo de lo que pasaba en España tras unas cuantas décadas de oscuridad. Tras la transición democrática, la gente joven tomó las riendas. La música fue el detonante pero el cambio involucró al cine, la televisión, la radio, la prensa, la moda, el diseño, el cómic...

Surgió una amalgama estética y musical que era el fiel reflejo de esa forma de entender la vida: punkies (Kaka de Luxe, Pegamoides), rockanroleros (Tequila, Rubi y los Casinos), castizos (Gabinete Caligari), mestizos (Radio Futura, Golpes Bajos), poperos (Nacha Pop), siniestros (Parálisis Permanente), pijo-pops (Hombres G), histriónicos (Peor Imposible, Toreros Muertos), aflamencados (Veneno, Pata Negra), futuristas (Zombis, Aviador Dro), y un largo etcétera.

La Movida se extendió rápidamente por todo el territorio nacional. En Galicia surgieron grupos como Siniestro Total, Os resentidos, Golpes Bajos (alabado sea el Señor). En Cantabria, Derribos Arias, La Orquesta Mondragón, Los Ilegales... En el sur grupos como Danza Invisible, Ciudad Jardín, 091... En Cataluña, Loquillo y los Trogloditas, Los Rebeldes, Los Burros (El Ultimo de la Fila)...

Lógicamente no son todos, ni mucho menos:
Academia Parabuten, Aerolíneas Federales, Alarma!!!, Almodóvar & Mcnamara, Alphaville, Azul y Negro, Burning, Cadillac,
Comité Cisne, Décima Victima, Dinamita Pa' los Pollos, Duncan Dhu, Ejecutivos Agresivos, El Norte, Esclarecidos, Estación Victoria, Gatos Locos, Greta, La Dama se Esconde, La Guardia, La Mode, La Unión, Los Elegantes, Los Enemigos, Los Flechazos, Los Inhumanos, Los Limones, Los Nikis, Los Romeos, Los Ronaldos, Los Secretos, Luna,
Mecano, Mermelada, Modas Clandestinas, Objetivo Birmania, Olé Olé, Pistones, Plástico, Platino, Polansky y el Ardor, Presuntos Implicados, Ramoncín, Seguridad Social, Tahúres Zurdos, Tam Tam Go!, Tennesse, Tino Casal, Un Pingüino en mi Ascensor, Video, Vulpess...

Faltan muchos pero absolutamente todos marcaron un antes y un después. Ellos dieron vida, chispa, alegría, diversión, apetito y amor por la música. Ese sentimiento creo que lo llevamos todos los que cojemos una madera con cuerdas o unas cacerolas milformes, unos cubos resonadores o balbuceamos sonidos etéreos y pretendemos ir más allá, trascender a un lugar sin espacio ni tiempo del cual sólo te sostiene un diminuto y delgado hilo, un lugar en el que, ingrávido, sabes que todo tiene sentido.

Proyecto Datura rinde un homenaje a toda esta gente, toda esta música, toda una época que marca ulteriormente nuestra concepción musical.


Desde aquí, gracias.




domingo, junio 26, 2005

El Proyecto


A modo de sencilla presentación, diré que Proyecto Datura nació hace poco más de un año. Lo formamos Miguel Rivera y Hugo Camps, ambos cantantes de Maga y Mary Helpers respectivamente. La idea primitiva nació, como no, en la cabeza rumiadora de Miguel, que un buen día se lo propuso a un enamorado de la música española de los ochenta, servidor.
La labor de investigación desarrollada fue intensa y excitante. Con la mayoría de canciones no había problemas porque bien las teníamos de antemano, o simplemente eran muy famosas y fáciles de conseguir, pero hubo otras tantas que fueron, digamos, más complicadas de localizar. A veces sólo teníamos el recuerdo de un estribillo en la cabeza, y de ahí debíamos partir hasta dar con la canción (ardua labor de investigación como digo).
A medida que todo esto iba tomando cuerpo en forma de ensayos, arreglos, elaboración de ritmos (nuestro bien amado ‘chino’, del cual es absolutamente responsable el señor Rivera, que se pegó la gran paliza días antes de nuestra puesta de largo por una serie de problemas técnicos), iba apareciendo referencias de la Movida en el ambiente nacional.
Suele pasar, es algo cíclico, pero nosotros llevábamos una ligerísima ventaja: cuando al fin salieron recopilaciones, dvd’s, etc de la Movida, nosotros ya habíamos dado unos cuantos conciertos (la gente nos decía que habíamos dado en el clavo, y era un alivio para nosotros saber que la gente comprendía que no era oportunismo, sino absoluto amor por esa música).
Desde la puesta de largo hasta hoy ha habido una serie de conciertos: con un formato semi-acústico, con amplificadores, con una estética imprecisa… pero todos muy divertidos. Hoy en día tenemos nuestro propio look, llevamos cada vez menos aparatos (sólo los imprescindibles) y cada vez son más divertidos los conciertos. La química que se crea entre Proyecto Datura y el público es genial. Todo el mundo reconoce, canta, salta y baila esas canciones que fueron parte de su infancia, de su adolescencia o de su juventud (esos jóvenes que ahora entran en la cincuentena y que tienen más marcha en el cuerpo que dos de veinticinco).
Pues para rendir un homenaje a esa música, ese concepto, esa estética, esa ingenuidad y esa ilusión que se vivió en los albores de la democracia española, nació nuestro proyecto.
Gracias: a los Auserón, a Coppini, a Cardalda, Alaska, Cano, etcétera, etcétera…